Formato
Editorial: Típico de
Colección Compactos: buena letra, de flexibilidad cómoda, pero sucks the
translation. ¿Podemos seguir leyendo libros con todas las minuciosidades de la
lengua española, sobre todo en libros que reniegan –o dicen renegar- del
cultismo lingüístico?
Bio: Hijo de inmigrantes
italianos (de donde salen rasgos de su personaje, Arturo Bandini), nació estadounidense
en 1909. Después de la universidad, se muda a California que sirve de escenario
a este y otros escritos. Trabaja como guionista en Hollywood, lo que se deja
ver en el tono semitrágico y cambiante de los diálogos, propio de los años ‘30.
Bukowski, con quien se lo encadena porque él mismo se encadenó a Fante (así se
lee en el “Prólogo” a esta edición), escribió: “un hombre que no se asustaba de
los sentimientos” y que era capaz de armar una ensalada de entraña y corazón. Sobre
su vida agrega: “un destino horrible”. Fante, efectivamente, murió en 1983, ciego,
con ambas piernas y un brazo amputados a causa de una severa diabetes que venía
sufriendo, al menos, durante los últimos ocho años.
¿Cómo llegó a la Proxemia?:
- ¿Leyeron a Fante?
- No.
- Muy bueno.
- ¿Sí?
- Se lo presto.
En serie
con: Toda
la literatura que lleva por narrador a escritores; algo de F. Scott Fitzgerald, por
el aire de época; también, Bukowski.
Animales/
Organismos a los que remite: efectivamente, aparecen perros tiernos, dulces, salvadores (Willie),
callejeros, rabiosos y carroñeros (como Arturo, como Camila), o metafóricos (El perrito que reía, cuento que escribe
Bandini); imaginariamente, al ácaro del polvo: doméstico pero arácnido, solo
visible al microscopio literario, sobrevive a la limpieza a base de fuerzas centrífugas
y prefiere los lugares húmedos (como Arturo prefiere las playas, ríos, bares,
nunca el desierto, con el que se cierra la novela).
Estructura: novela en 19 capítulos
breves.
Contenido/
Temas: la
formación y surgimiento de un escritor; los debates de un hombre perturbado; la
discriminación, violencia y misoginia promediando la mitad del siglo XX en
Estados Unidos. Arturo Bandini, suerte de alter-ego de Fante, se muda a un
barrio marginal de Los Ángeles para convertirse en escritor. La novela
entremezcla su crecimiento profesional (en un triángulo que une a la madre,
proveedora de dinero para sobrevivir, al editor Hackmuth, confesor y promotor
del escritor, y al propio Arturo), con la imposibilidad de mantener una relación
amorosa con Camila (mesera “mexicana” (tal y como Arturo es “italiano”) que
trabaja en un bar, enamorada de otro personaje detestable (Sammy), y que
enloquece y se pierde, tras un breve encierro psiquiátrico y un delirio de
posible estabilidad amorosa con Arturo, en el desierto), y sus propias
disquisiciones sentimentales (Arturo trata mal, aborrece, se venga de modo
premeditado y con deseo, solo para luego arrepentirse, llorar bajo una cama y a
los pies de quien sea necesario).
Estilo/
Interacción: El
juego entre Arturo-John, Hackmuth-Mencken (el real editor), la locación en Los Ángeles,
el deseo de publicar y las reflexiones de un escritor mantienen despierto al
lector. También, la dedicatoria a “Para Joyce, con amor”, de quien Arturo es admirador
declarado, pero que es, a su vez, el nombre de la mujer de Fante. La interacción
de los diálogos, breves cartas, y la dominante narrativa funciona y le dan
dinamismo a la novela. El realismo tiene aspecto fílmico: buen carácter visual.
Punch: Quizá dos más
importantes, aunque se lo busque de modo constante: tras un tornado, en que
Arturo cree muerta a Camila; hacia el final, cuando Camila efectivamente
desaparece, aunque podría prescindirse del gesto melodramático y efectista de
Arturo revoleando al polvo su propio libro que Camila no leerá jamás.
Anclaje
socio-histórico: las
producciones hollyowoodenses ya señaladas; por otro lado, la novela marca como
período “Guerra en Europa, discurso de Hitler, jaleo en Polonia, tales eran los
temas de actualidad. ¡Paparruchas!”: ese es todo el lugar que se le da.
Estado de
la materia: Gelatinoso
(¡el final, el final…!)
Digestión: Rápida.