domingo, 29 de diciembre de 2013

Ficha técnica- Crímenes perfectos- Ricardo Strafacce- (2011)- Mansalva


Formato Editorial: De difícil apertura, una edición colorida y centelleante de Mansalva, que hace a uno creer que es dueño de un objeto bello, desde el punto de vista de los aesthetics. Desgraciadamente, tiene un contenido interior lejos de la belleza exterior.

Bio: Escribió a costa de Osvaldo Lamborghini; que es lo que concluimos, su único y no menor mérito: otro debería escribir, también, sobre la experiencia en esa magna tarea de una década. Sabe aparecer en ferias, suda profusamente y contribuye con críticas y prosas lábiles en numerosos medios de difusión.

¿Cómo llegó a la Proxemia? : Por peer pressure.

Estilo: Ya en el título se nos presenta una mentira: el argumento y las peripecias distan de ser perfectas. Simplón, plagado de lugares comunes y alusiones futbolísticas. Cree sumirse en registro alto, cuando en realidad lo que crea es un estilo pendenciero, ignaro y falto de ingenio. Simula reírse del mundo futbolístico de sus admiradores, pero solo exacerba los vicios de esa cofradía unidos por un balón.

Contenido/ Temas: Dos mellizas idénticas con nombre de iglesias juegan a confundir a sendos maridos para quedarse con toda la plata de ellos. Un drama de la vida real, innecesariamente retratado dentro de un marco ordinario, poco original y ni siquiera entretenido.

Organismos a los que remite: Italianos, embriones múltiples, jugadores de fútbol.

Anclaje sociohistórico: El presente, entre Buenos Aires y Nápoles.

Punch: No. En realidad, la idea de los culpables idénticos es robada de la magnífica short story de Graham Greene, “A Case for the Defence”.

Nos preguntamos: ¿Era necesario?

Nos respondemos: A veces necesitamos ejemplos negativos.

Estado de la materia: Gasesoso; quiere ser ocurrente y se queda a la altura de los zócalos.

Digestión: Sinuosa.


¿Para leer en voz alta?: No. Y casi ni siquiera en voz baja.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Mesa de Ensamblaje 4- Digestiones



Una amiga dejó de fumar y se comió una pizza y media. Va a tener que tomarse un laxante comercial. Una vez estuvo en un hospital en Perú, donde se veía la masilla desgastada de los azulejos celestes como si se hubiese acabado la partida presupuestaria. Todo tenía un tono lúgubre de conspiración. Las pupilas se le sacudieron convulsivas buscando al menos una sombra extraña. Nada la encandiló. Pensó en su lámpara de tela y en el riesgo de que ella, también hubiese quedado encendida. La escena parecía hecha a propósito, para generarle acidez de temor. “Dos vueltas de calesita” murmuro y su voz hizo eco en los azulejos vidriosos de baño que dormía. Ese mismo amigo nos sorprendió a todos, unas Pascuas, con una diarrea descomunal. De dimensiones titánicas. Tan contundente y abrasiva como el Mar Muerto. Estuvo internado, con suero. Pero el susto no se le pasó más. Desarrolló una psicología similar al paciente abandónico, aquél que teme ser olvidado por sus afectos y despojado de todo beneficio social. En fin: a la persona olvidada, alejada de todo reconocimiento, mejor declararla seca, rastrillada por el sol. Nada de andar llorando una gota de sudor sobre frente agolpada. Uña entre molares, palito rascador, guante redoblado, fosforó trunco ¿Cuántas son las pertenencias que se pueden llevar a una isla desierta? En mi opinión de adolescente renacido siempre cuatro: desodorante, harina, un telescopio y alguna persona predispuesta. Ahora sólo tenía papel higiénico y botellas vacías. Ella ya no estaba en mi fotografía imaginaria. Después de un rato seguimos revisando la caja y encontramos documentos varios de mi padre: pasaportes ilegales, estatutos de empresas y una partida de nacimiento y una postal enganchada con una perforadora.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Ficha Técnica - La libertad total de Pablo Katchadjian

La libertad total. Pablo Katchadjian. Bajo la luna. Buenos Aires: 2013.
Formato editorial: La tapa es fea: un híbrido entre libro de autoayuda y culinario; la verticalidad de la hoja se justifica por el formato en diálogo, y la aclaración novela redunda.
Bio: Amigo entrañable de la Proxemia. Porta bigotes y sabe llevarlos. Sus títulos (El cam del alch, Qué hacer, Gracias, La cadena del desánimo, La libertad total), si organizados, forman una oración elocuente.
¿Cómo llegó a la Proxemia?: Entregado en mano.
Animales /Organismos a los que remite: Filósofos y vertebrados gaseosos.
En serie con: Beckett en Esperando a Godot o en su corto Film, y los diálogos (antiguos y renacentistas).
Estructura: Tirada larga de conversaciones a leer en dos sentadas, personajes (de la A a la J) que aparecen y se desvanecen.
Contenido/ temas: voces que entran y salen en el vacío (o en un paisaje ambiguamente referido), avanzan en disquisiciones acerca del arte de gobernar, el lenguaje y las implicancias de la toma de decisión. Los personajes-letra cobran caracterización a partir de sus discusiones -intensas o estúpidas- y prescindiendo de una descripción explícita.


Estilo­/Interacción: Una vez más Katchadjian hace gala de un procedimiento (más original o menos) y destilarlo al máximo de sus productividades. Con baja probabilidad de ser repetida exitosamente, desarrolla una oralidad pueril y pulida; coloquial pero sin efectismos; jocosa.


Nos preguntamos: ¿Estamos siendo irónicos?


Nos respondemos: No, ¡Qué suerte!


Punch: Con cada personaje-letra que aparece.


Anclaje sociohistórico: Vaya uno a saber.


Estado de la materia: Catarático.


Digestión: Rápida.


Para leer en voz alta: Sí, y reírse en voz alta.