martes, 14 de abril de 2015

Las fuentes de la juventud. Dardo Scavino. Buenos Aires: Eterna Cadencia, 2015.

Formato Editorial: Buen encuadernado para doblar sobre la mano en el bondi.

Bio: Profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Pau (Francia); estudió Letras en la UBA y enseño ahí hasta 1993, fecha que marca, a la vez, su emigración y el inicio de la publicación de su vasta obra.

¿Cómo llegó a la Proxemia?: Llamó la atención su título en una gacetilla de prensa. Además, Lupe había recomendado el primer libro de Scavino, Barcos sobre la pampa (que no leímos todavía...)

En serie con: aunque distante, hay algo de Agamben: en esa como excavasión conceptual a partir de etimologías (además de la profusa erudición greco-latina).

Animales y organismos a los que remite: el mono y su contracara: el humano.

Estructura: Capítulos breves distribuidos en tres partes ("Las edades del hombre", "Nacen los jóvenes" y  "Llegan las nuevas generaciones"). 


Contenido/ Temas: Cómo la juventud fue concebida motor de la regeneración y, a la vez, germen incompleto del hombre adulto. Estos dos discursos –aún simultáneamente vivos en la actualidad– son dados vuelta una y mil veces por Scavino, quien la sitúa como problemática en distintos momentos de la historia y los lee cruzando diversas esferas del conocimiento (sociología, estética, política, filosofía, antropología). La concepción de minoridad como estadio previo y en formación de la mayoría de edad (tanto del ser humano como, en el plano biopolítico, de los pueblos) es norma desde la antigua Grecia hasta la expansión colonialista europea (¡hasta en el Pacto de la Sociedad de las Naciones en 1919!); a su vez, convive y discute con el entendimiento moderno de la juventud: aquel que la enuncia finalidad en sí misma y que no la entiende como escalón hacia la adultez, sino como regeneración del hombre en vida (vita nova) y de las sociedades (revolución).
Si bien "moderna", sin embargo, Scavino rastrea características de la juventud como regeneración en textos antiguos (ej.: el Libro de Ezequiel). Esta búsqueda textual le permite subrayar la carga fuertemente mesiánica en discursos modernos que han visto en la juventud el agente para la construcción de un hombre nuevo: es el caso de una carta del Che Guevara en la que "el sujeto de la revolución" no sería "el proletariado sino la parte de la sociedad que se convirtió a la revolución, el grupo que subjetivó el relato revolucionario, que asumió, no solo intelectualmente sino también existencialmente, los nuevos valores".


Estilo: Muy buena convivencia de lenguaje y fraseo claro con abundantes referencias eruditas. Pero, si bien la gran cantidad de citas parece necesaria para reponer textos complejos de distinta índole, en algunos pasajes se hace tediosa la abundancia de fragmentos entrecomillados y se extraña la voz propia del ensayista que aligere la prosa con un desarrollo propio.
El ensayo avanza por acumulación de casos y posterior contramarcha para retomar e interrelacionar conceptos que en el volumen se hallan distantes entre sí.
En torno al eje de la juventud como concepto para leer los distintos discursos de la modernidad, el texto se mueve en espiral: recupera el tópico a partir de textos políticos, estéticos, religiosos, europeos, americanos, rioplatenses, de la antigüedad, del Siglo XIX, del XX, de los sesenta... Una característica que se agradece es la presencia importante de autores latinoamericanos: el ida y vuelta cruzando el océano produce un efecto de familiaridad sobre las problemáticas tratadas, al tiempo que enrarece lo conocido (la generación del '37 argentina, por ejemplo) al situarlo en el contexto mundial y en relación con las teorías europeas en auge.

Punch: Calculado y con gran efecto al final de algunos capítulos (escaso y casi muerto en otros).

Nos preguntamos: ¿Por qué, ya que el libro trata sobre la 'juventud', 'lo nuevo' y la 'regeneración', los textos más cercanos que Scavino analiza no superan la década del sesenta?

Nos respondemos: No es del todo cierta la afirmación que esconde la pregunta: el Epílogo ("Los monos pendientes"), sí trae la problemática a la actualidad y se juegan algunas hipótesis algo delirantes (como que el futuro de las sociedades humanas es volver a su estado semi-simiesco...). Pero en síntesis, produce una voltereta retórica y sugiere que en el presente estamos por fuera ya del período que acaba de analizar; es decir, que ya las categorías de juventud como renovación no tienen influjo ni en la política ni en el arte (que no habría partidos que pregonen por un hombre nuevo, ni corrientes estéticas que exijan la refundación del arte).
Podríamos estar de acuerdo o no con esta cuestión; pero el problema radical es que ahí aparece la discusión más interesante del ensayo (¡y la más esperada!). El hecho de que la despache en 6 páginas sin asentar una definición al respecto resta muchos puntos. El texto pierde la rigurosidad que venía teniendo y se suelta, ensaya hipótesis lánguidas sobre la coyuntura y se aproxima, sin asumirlo por completo, al vilipendiado discurso del "Fin de la Historia".

Anclaje Socio- histórico: Desde el S.II a.C. hasta 1970 d.C. 

Estado de la materia: Gelatinoso

Digestión: Lenta

¿Para leer en vos alta?: Nop..

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