Tratado sobre los Estados de la Materia

Hemos convenido que los textos pueden clasificarse en 4 grupos de acuerdo a la densidad de su constitución: sólido, gelatinoso, líquido o gaseoso.


Gaseoso: Un texto se encuentra en este estado cuando amaga con embanderarse en muchos estilos o propuestas pero no termina comprometiéndose con ninguna. Varios podrían decir que lo post-moderno es gaseoso, pero se trata de algo aún menos sostenible que las vanguardias del pastiche. Entre estos, podemos encontrar a Finnegans Wake, La Náusea, El aire.


Líquido: Es el estado de los textos que fluyen armoniosamente. Da la sensación de que el texto está vivo dentro de sus recursos y de que respira naturalmente dentro de la elección de personajes, estilo, narrativa. Ejemplo: The Crying of Lot 49, As I Lay Dying, Cómo me Hice Monja, La Ciudad de las Ratas.


Gelatinoso: Los textos en este estado son tibios. Lo único que los diferencia de las demás categorías es que los que caen en el estado gelatinoso tienen altas chances de haberse vuelto líquidos con un golpe de horno. Calor es lo que les hace falta. Ejemplos: Bajo este Sol Tremendo (si el personaje principal hiciera ALGO), Trampa de luz (¡lo mismo!).

Sólido:
Se encuentra en este estado el texto que es de naturaleza hermética, que se atraganta en su desarrollo y está ahogado ya sea en un estilo inconveniente, una trama insípida o en personajes-nada. Ejemplos: Can Solar, El Tiempo. También se considera sólido a un texto que está dividido en partes de diferente estado, las cuales pueden estar mejor o peor logradas pero que, en el conjunto, carecen de equilibrio, como Respiración Artificial.

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