lunes, 28 de abril de 2014

Ficha técnica - Informe sobre ectoplasma animal de Roque Larraquy y Diego Ontivero (2014) Eterna Cadencia

Formato Editorial: Impecable: impresión a cuatro colores dedicada a las imágenes de Diego Ontivero que sienta un precedente de elegancia para la especie “libro objeto”. Además, las páginas incitan al tacto.
Bio: Larraquy ha escrito La comemadre recientemente fichada por la Proxemia y Diego Ontivero, avalado por el título de diseñador gráfico, tiene una pulpografía en su casa.
¿Cómo llegó a la Proxemia? : Cortesía de prensa.
En serie con: Los cazafantasmas, las pseudociencias; Magritte y Aizenberg.
Organismos a los que remite: Prácticamente todas las especies animales -más algunos engendros.
Estilo/Interacción: Prosa sucinta; la diégesis dosificada va arrimando escenas en capítulos breves (entradas de diario) hasta desembocar en un episodio narrativo más concreto en la última parte. Las imágenes no ilustran; aunque claramente preceden la trama, lo hacen de manera esquiva, ladeada: como los restos orgánicos que los animales dejan tras su muerte -el famoso ectoplasma- los dibujos de Ontivero se construyen a partir de geometrías abstractas o volcadas sobre objetos (perchero, botella de leche) promoviendo una relectura del texto. Y, hacia el final, independizan una evolución y narran desde formas, profundidades y tonos (luego de haber abandonado el color).
Contenido/ Temas: De nuevo situado en un ambiente científico liminar que envejece por casi un siglo (sin dudas, todo lo que ocurre ahí tiene el aire de haber sucedido hace cien años), los protagonistas -ectógrafos- se dedica al análisis obsesivo del más allá animal. Con un mecanismo sofisticado de fotografía, como Morel, retratan el
ectoplasma de animales muertos que derivan en “casos extraños”. Así, el director de la institución será capaz de cualquier cosa (ofrecer sus servicios a las Fuerzas Armadas para control y regulación nacional) a fin de probar su utilidad.
Punch: Lo busca y lo busca y lo busca...
Anclaje sociohistórico: Las primeras décadas del siglo XX en Argentina, previas al golpe de Estado del ‘30.
Nos preguntamos: ¿Es un buen libro o es un buen texto?
Nos respondemos:  Una reciente reseña cultural afirma con efusión que se trata de un libro para tener en la coffee-table (sic...). Y estamos de acuerdo: el libro le gana al texto en esta publicación: un libro-objeto muy lindo y de calidad. Pero, en retrospectiva, se extraña la geografía de lo feo que inauguraba La comemadre como contracara contemporánea (contracara literal: sólo recuerden al siamés deforme que quiere comerse a su inseparable hermano) de un siglo promisorio y patético.
Estado de la materia: Gelatinoso.
Digestión: Rápida.
¿Para leer en voz alta?: Podría ser, por su brevedad, aunque no es sonoro.

Categoría que propone:  Proyección/Proyecto: Ceñida al campo de la pseudociencia en el cambio de siglo, el Informe habla con la novela anterior, pero sólo con la mitad de ella. Mientras el primer libro abría una proyección dialéctica entre lo prístino y lo pringoso, la épica y el fracaso,  SXX y SXXI, el segundo libro pisa el freno, mira para atrás y posterga (¿para otra oportunidad?) la lectura sobre arte contemporáneo que iniciaba con La comemadre.

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