sábado, 15 de marzo de 2014

Ficha técnica - La comemadre de Roque Larraquy (2010) Entropía


Formato Editorial: Libro de bolsillo simpático, con foto interesante de aparato antropométrico y collage con pato mecánico. Buen papel, encuadernación de cómodo agarre.
Bio: Según escueta solapa: Roque Larraquy nació en Buenos Aires en 1975. La comemadre es su primera novela. Recientemente ha publicado, en coautoría con el artista plástico Diego Ontivero, su segundo libro, por Eterna Cadencia: Informe sobre ectoplasma animal.
¿Cómo llegó a la Proxemia? : Me lo dio Emilio/ Recomendación de librero lector.
Estilo/ Interacción: Novela dividida en dos partes: 1907 y 2009, en Buenos Aires. Relato puntilloso, en fragmentos cortos y rápidos que hacen fácil la lectura continuada. Oraciones secas y asépticas. Dos narradores en primera persona consistentes, ágiles.
En serie con: Las pseudociencias; los casos raros que nutrían la Caras y Caretas de principios de siglo XX (que nutrieron, también, cuentos de Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones). La segunda parte: con Dani Umpi, Mario Bellatín y con La asesina de Lady Di , de Alejandro López.
Contenido/ Temas: Parte I, “1907”: Un director de hospital decidido a llevar las investigaciones sobre el más allá más allá de lo que resulta conveniente para sus pacientes - mediante un engaño masivo- recibe donantes voluntarios, enfermos terminales, con el fin de decapitarlos y registrar lo que sus cabezas dicen en los nueve segundos de sobrevida (o sobreverbia). El médico es capaz de erigirse sobre todos, cínico entre los cínicos, para conquistar a la enfermera Menéndez, que puede enamorar a todo un plantel de profesionales. El experimento es impulsado por un filántropo inglés con poco manejo del idioma, intereses místicos.
Parte II, “2009”: Un artista, ex niño prodigio del dibujo, decidido a llevar su arte más allá, a donde sus espectadores ya no quieran seguir mirando, se encuentra con su otro yo, físicamente igual, y juntos planean instalaciones que pronto vamos a poder estar mirando en cualquier museo de arte moderno. La principal de estas, un niño con su siamés apenas desarrollado (“No tiene nariz ni ojos pero sí una boca”) pegado en la nuca, cierra la novela y propone una lectura alegórica: el presente bizarro y feo (2009) puede adquirir autonomía sólo a partir de la fagocitación del pasado (1907), pulcro y capaz, todavía, de una épica. Si bien la segunda parte desmiente la heroicidad de la primera (el médico se revela autoritario y padre de una dinastía decadente que desemboca en Sebastián) o a causa de eso, más bien, ata la totalidad del texto a una interpretación sobre-explícita. Mientras los episodios en el Hospital de Temperley son hilarantes, sorprendentes (¡una cena de gala acompañada de patinaje sobre hielo en el Palais de Glace!) y se sostienen en sí mismos, la vida del artista conceptual resulta subsidiaria. Las aventuras en pseudo-ciencia y un retrato ladeado del sentido común de principios de siglo XX abordados desde hoy terminan siendo más elocuentes para nuestra cultura actual que la hipérbole posmoderna en la que insiste la segunda parte del libro.
Punch: Bastantes, en especial patinar sobre hielo en el Palais de Glace, la primera de las muertes conscientes y la aparición de Lucio Lavat.
Organismos a los que remite: ratas, moscas y gusanos, animales arrastrados y pringosos, asociados a la ciencia en general.
Anclaje sociohistórico: Temperley, casi primer centenario/ Capital, 100 años después.
Nos preguntamos: ¿Por qué nos causa gracia la desgracia ajena?
Nos respondemos: Nos veremos en el infierno.
Estado de la materia: Líquido.
Digestión: Rápida.

¿Para leer en voz alta?: Sí. Con instrumentos quirúrgicos varios alrededor.

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