sábado, 24 de octubre de 2015

Nalo Hopkinson, Midnight Robber (2000) – New York, Smithson Publishing.


Formato editorial: Endeble edición de tapa blanda y nada de pretensión. Cautivante arte de tapa, que predicen los elementos vudú y misticismo que encierra la narrativa de Hopkinson.
Bio: Jamaiquina rebelde, hija de amigos de Derek Walcott, emigrada a Canadá. Una vez que mendigó por unos años, se convirtió en profesora de Creative Writing en la Universidad de California.

Cómo llegó a la Proxemia? : Por un harto capricho de investigación literaria que se encuentra en suspenso.

En serie con: Cualquier obra del realismo mágico mezclada con obras de teatro de Walcott, brujería, cánticos folklóricos del Caribe y Star Trek.

Estructura: Dos narradores cuyos relatos se entrelazan en la historia de Tan- Tan. Uno es una especie de griot, narrando las proezas de la Robber Queen, Tan- Tan a un ¿invisible? narratario, y el otro nos cuenta la historia linealmente, con separación en capítulos sin nombre. Hopkinson usa negritas para diferenciar narradores, y asteriscos enmarcan los discursos de personajes que no hablan “human language”.

Desafío Lamborgh: Tan- Tan se convierte en una figura mítica, gracias al fruto incestuoso de los abusos de su padre.

Contenido/ Temas: En una sociedad distópica futurista (donde todos tienen un chip en el oído conectado a la inteligencia artificial madre) un político corrupto termina exiliado con su hija, la viola y eso la hace volverse una forajida en una colonia de destituidos. El lenguaje es un creole hibridizado entre el inglés, el francés y los giros idiomáticos sobre mitos y leyendas en el Caribe (como el de Nanny Maroon, o Jankaroo). Tan- Tan, en un viaje de aprendizaje desde su vida acomodada en Toussaint (claaaro) a la colonia penal de New Half- Way Tree, encuentra alternativas a la existencia, que abren opciones inimaginables – alienígenas que hablan entre asteriscos y se ven como pájaros, vivir en un árbol, parir en el medio de un carnaval, y tener ganas de seguir corriendo. Como todo relato de una autora de origen caribeño y africano por extensión, remite al mito del Pasaje Medio, y es una alegoría del proceso de de- colonización, con la magnánima idea de transpolarizarlo al universo de la ciencia- ficción- pero desde una perspectiva femenina. Inagotable.

Estilo/interacción: Hopkinson asevera que escribe dentro de la tradición de la Ficción Especulativa- que es un género con límites tan borrosos como las identidades nacionales en el Caribe.  Tiene mucho de ciencia ficción y mucho de imaginar qué habría pasado si. Imposible de leer si se quiere mantener un respeto por la sintaxis y gramática de la lengua inglesa. Pero una vez que uno se olvida de esos detalles, es un placer. La musicalidad de la tradición oral se evoca en cada verso, en cada contribución del eshu (la A. I. a la que los ciudadanos de Toussaint están conectados), en la representación de Tan- Tan que el primer narrador entreteje en las fábulas que cuenta. Las metáforas y símiles tienen como referentes animales, plantas y espíritus que sólo se encuentran en la comunidad de Jamaica y tal vez Trinidad. El narrador no es un snob que habla bien en inglés y pone en evidencia a los personajes, tan ineducados. A la Selvon, Hopkinson hace que sus narradores compartan su irrespetuosa variedad de inglés que sus personajes, fanáticos de las interjecciones en francés y los animales autóctonos.

Punch: Detalles, detalles sobre el acto más despreciable que un ser humano puede cometer. Un hombre, claro. Sin perdón, ni tapujos, ni anestesia.

Nos preguntamos: ¿Qué onda la ciencia ficción? ¿Es seria como género?

Nos respondemos: Siempre y cuando el ambiente futurista y los avances tecnológicos sirvan el propósito de criticar al neo colonialismo, y no endiosen la estéril y profiláctica interacción en dichos ambientes.

Anclaje Socio- histórico: Otro planeta, dentro de dos siglos.

Estado de la materia: Líquido

Digestión : rápida

Para leer en voz alta: Si! Con tambores y moviendo las caderas.